Es bastante habitual encontrar en
la población general y en deportistas dolor en la columna vertebral. Son muchas
veces los deportes que solicitan movimientos de flexión y extensión repetidos,
y movimientos rotacionales los que conllevan a sufrir esta dolencia. Las causas
de este dolor pueden ser muy distintas y a veces desconocidas, y diferentes
según la edad del sujeto.
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En deportistas jóvenes podemos encontrar
personas que padecen dolor de espalda de manera repetida, encontrándonos como
diagnóstico en la mitad de los casos espondilitis/espondilosistesis, alteraciones
discogénicas tales como hernias o degenerativas, esguinces lumbosacros y en la
cuarta parte de los casos hiperlordosis.
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En la población adulta tenemos en la mitad de
los supuestos alteraciones discogénicas (degenerativas, hernias), estenosis del
conducto vertebral, espondilosistesis, osteoartritis, esguinces lumbosacros en
la cuarta parte de los casos, describiéndose a su vez como causantes del dolor
lumbar algunos desequilibrios musculares en los músculos flexores y extensores
de las extremidades inferiores. En la mayoría de ocasiones, los problemas
degenerativos que aparecen en la edad adulta provienen de sobrecargas en la
infancia o adolescencia sobre la placa de crecimiento, discos vertebrales y
carillas vertebrales.
Atendiendo a la columna cervical,
los traumatismos sobre estas suelen afectar a múltiples estructuras: hueso,
ligamentos, médula espinal, discos intervertebrales, raíces y nervios
periféricos. Podemos encontrarnos desde una contractura muscular hasta una
fractura luxación con lesión neurológica permanente. Sin embargo, dentro de la
práctica deportiva no es muy frecuente encontrarse con lesiones graves.
1) Lesiones
graves de la columna cervical superior. Comprenden:
a.
Luxaciones atlantooccipitales: la manifestación
más importante coincide con una afectación neurológica siendo mortales en la
mayoría de los casos.
b.
Fracturas del atlas: No suelen presentar
afectación neurológica, aunque presenta dolor intenso, hiperestesia,
contractura muscular paravertebral y limitación rotacional por dolor.
c.
Luxaciones o subluxaciones atlantoaxoideas: se
manifiesta principalmente en forma de tortícolis, lo que sugiere estabilidad en
ausencia de alteración neurológica.
2) Lesiones
graves de la columna cervical inferior: Normalmente presentan afectación
neurológica de dos maneras:
a.
Signos de lesión medular, lo que sugiere
inestabilidad de la columna.
b.
Signos de lesión radicular, que indicaría menor
inestabilidad cervical.
3) Lesiones
no graves de la columna cervical: incluimos en estas lesiones:
a.
Lesiones del plexo braquial: como estudiamos en
el caso práctico, se produce tras una contusión única o repetida en el hombro.
No es lesión común en el deporte excepto en fútbol americano. Se clasifica en
tres tipos:
i.
Neuropraxia: se trata de una lesión reversible
que puede resolverse en un máximo de dos semanas. Para la prevención de
lesiones recurrentes de neuropraxia del plexo, sería muy conveniente un
programa de ejercicios de fortalecimiento de la musculatura del cuello y el
hombro, y un collarín cervical apropiado en base a la actividad física que
desarrolle el sujeto.
ii.
Axonotmesis con disrupción del axón y la vaina
de mielina, con una recuperación completa.
iii.
Axonotmesis con lesión completa y sin
recuperación.
iv.
Una lesión específica es la que se conoce como burner síndrome y que causa debilidad y
anestesia además de sensación de quemazón en la totalidad del brazo o en una
gran parte. Se trata de un traumatismo por tracción que estaría afectando a las
raíces C5-C6.
b.
Esguinces cervicales: se presentan
frecuentemente después de un traumatismo indirecto y en la práctica de deportes
de contacto. El dolor cervical con limitación de la movilidad es
característico, aunque no es habitual el dolor irradiado o parestesias. Es
normal que se lleven a cabo la exploración neurológica y radiológica. Esta
lesión se resuelve habitualmente de modo espontáneo, por lo que si persiste el
dolor, parestesia o limitación considerable de la movilidad debemos realizar de
nuevo una exploración física y radiología exhaustivas para identificar otro
tipo de lesiones
En cuanto a la
rehabilitación de los problemas de la columna cervical, hemos de tener en
cuenta longitud muscular de los flexores anterolaterales del cuello
(esternocleidomastoideos y escalenos). La disminución de la longitud de estos
músculos puede ser simétrica o asimétrica y nos da una idea del grado de la
contractura. Lo principal en el tratamiento de este tipo de lesiones es
restaurar la amplitud de movimiento, lo que se logra a través de la
movilización, elongación y ejercicios activos de amplitud de movimiento. Cuando
la limitación de movimiento se debe a un acortamiento de la musculatura
anterolateral, debe llevarse a cabo un programa de estiramientos de esta. La movilización
precoz es importante para tratar el dolor de cuello. Vienen bien técnicas
terapéuticas como el frío y el calor o la electroestimulación, aunque no suplen
a los ejercicios, que deben realizarse cuatro o cinco veces al día.
Bibliografía:
1)
Ricard Serra Grima, Caritat Bagur Calafat;
Prescripción de ejercicio físico para la salud. Editorial Paidotribo, Barcelona,
2004.
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