martes, 17 de noviembre de 2015

Hernia discal


¿Qué es?

La hernia discal es una dolencia muy común de la columna vertebral. Se trata de una afectación del disco intervertebral, casi siempre a nivel cervical o lumbar y, muy raramente, a nivel dorsal.

Un disco intervertebral es una especie de almohadilla que está entre las vértebras, soportando la presión entre ellas y ejerciendo una función de amortiguación. Éste consta de dos partes:
  • Núcleo pulposo: parte central de consistencia gelatinosa cuya función es repartir las presiones en todas las direcciones 
  • Anillo fibroso: envuelta fibrosa de colágeno que mantiene el núcleo pulposo en su lugar. Sus fibras se orientan en todas las direcciones y hacen que el disco sea muy potente y soporte bien las presiones.
Cuando un disco se rompe deja salir al líquido pulposo que está en su zona central hacia el canal raquídeo, lo que producirá, en la mayoría de los casos, una compresión en las raíces nerviosas, provocándose, de esta forma, un cuadro clínico de lumbociática.

Causas 
Al valorar las causas de una hernia discal, contamos siempre con factores mecánicos:
  • Factores mecánicos
La obesidad, el estar mucho tiempo sentado o flexionar repetidamente la zona lumbar hace que se fatigue,  se comprima el disco intervertebral y con el tiempo se deshidrate y se vaya lesionando predisponiendo a la rotura del anillo fibroso, lo que favorece la salida del núcleo pulposo del disco.
Además de estos factores, que siempre están presentes, hay otros  más complejos e importantes que en realidad pueden ser la raíz del problema.
  •  Alteraciones viscerales.
Si un órgano o una víscera funciona mal, va a dar lugar a una serie de reflejos a la musculatura que controla el disco haciendo que dichos músculos estén permanentemente tensos, a veces de un lado y relajados del otro. Esto favorecerá que esa vértebra esté “atascada” hacia un lado, comprimiendo permanentemente el disco de ese lado y favoreciendo la hernia.
  • Tensión muscular mantenida 
Además de estar la vértebra desequilibrada, si un tejido está constantemente comprimido, si hay tensión muscular, emocional, que mantiene los músculos, incluso en reposo, tensos, es lo que verdaderamente degenera un disco.
  • Exceso de trabajo
El cuerpo tiene 5 vértebras lumbares que tienen que trabajar en los movimientos de lordosis y movimientos lumbares.
Es común que las vértebras dorsales bajas y las lumbares altas estén rígidas o se vuelven rígidas (causa de un problema de riñón, cansancio, atasco energético o vida sedentaria). Dicha rigidez provocará que las lumbares L4 y L5 se vuelvan hipermóviles y trabajen demasiado. Por este motivo, la zona lumbar es más susceptible de sufrir hernias discales.

Síntomas
Es muy común que muchas hernias sean asintomáticas. Si la hernia no comprime un nervio no tiene por qué haber ningún síntoma.
Vamos a diferenciar entre los síntomas de una hernia discal a nivel cervical y a nivel lumbar.
  •  Síntomas de las hernias discales cervicales
    • Dolor cervical frecuentemente irradiado hacia el brazo 
    • Pérdida de fuerza 
    • Disminución de la sensibilidad
    • Espasmos en los músculos del cuello
  • Síntomas de las hernias discales lumbares 
    • Sensación de entumecimiento, cosquilleo, calambre o pérdida de sensibilidad en las piernas  
    • Dolor de espalda, glúteos, piernas y pies (cuadro ciático).  
    • Debilidad muscular en la extremidad
Lo característico del dolor de las hernias discales es que aumenta con la flexión o lateralización de la columna vertebral y con movimientos que estiran el nervio ciático. Estos síntomas empeoran al sentarse, caminar, al hacer esfuerzos, al toser o estornudar y, por lo general, con reposo en la cama remiten.

Tratamiento
La mayoría de las hernias mejoran siguiendo algunos pasos:
  • Corregir el desequilibrio mecánico: adoptando buenas posturas y evitando, en la medida de lo posible, ejercicios repetitivos.
  • Mejorar la alimentación para eliminar las influencias viscerales. Si corregimos lo anterior y se mantiene un problema en las vísceras será muy difícil obtener resultados favorables.
  •  Relajación general de la musculatura: se pueden hacer ejercicios para movilizar (no fortalecer) para ayudar a que la musculatura se contraiga y se relaje.
  • Repartir el dinamismo, con ejercicios de movilización y flexibilización en la zona lumbar alta y dorsal baja para que ésta tenga menos hipermovilidad y sea menos inestable.
  • En casos graves pueden ser necesarias inyecciones espinales o una cirugía.

Bibliografía:
- Kovacs, F.  El libro de la espalda. 1ª Edición. Barcelona: Editorial Planeta, S.A; Abril 2015.
- Pereira Riverón, R. Guías terapéuticas en neurocirugía: Hernias de disco y lumbociatalgias.
[Internet]. Hopital Universitario Gral. Calixto Garcia, Ciudad de La Habana: 2008. Disponible en: http://goo.gl/jSnZhQ
- Junquera Landeta, R. Disfunciones Víscero-emocionales y su repercursión en el sistema músculo-esquelético.  2ª Edición. Cultiva Libros; 2014.
- Junquera Landeta, R. El estrés, otras alteraciones emocionales y tu dolor de espalda. 1ª Edición. Cultiva Libros. Noviembre 2012
- Clevelandclinic [Internet]. Disponible en: http://goo.gl/ERILiY



Mónica Rodríguez Portela

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